COLD APPROACH PARA TUS CITAS Y NEGOCIOS
Ya te has preguntado ¿por qué nos cuesta hacer cambios? No importa la magnitud. Nos cuesta cambiar de trabajo si no nos gusta actual. Nos cuesta cambiar el entorno de amigos, cambiar de barrio, ciudad, país… Nos cuesta incluso cambiar de restaurante donde solemos ir a comer, cambiar el plato favorito, el camino al trabajo. Cambiar es siempre difícil.
Y ¿sabes por qué? Porque nos gusta la seguridad de todo aquello que ya conocemos. Al apostar por lo seguro, hay pocas probabilidades de decepcionarnos porque conocemos el resultado que nos espera.
Sin embargo, para progresar y evolucionar en la vida, es necesario arriesgarse a veces. Es necesario experimentar cosas nuevas para conseguir aquello que se desea. Y eso tiene su precio. Es común entrar en estrés cuando uno tiene que aplicar cambios en su vida y enfrentar lo desconocido por la inseguridad que se siente al no saber cómo saldrán las cosas.
Es como una auto-protección de nuestra mente, cuya única función es la de asegurar nuestra supervivencia. Todo lo nuevo que aún no hemos experimentado nuestra mente interpreta como un posible peligro. Por lo tanto, lo evitará a toda costa. Así, aunque a nivel racional pensemos que la decisión nos va a traer buenos resultados, nuestra mente nos sabotea creando una gran resistencia al cambio.
Escribo este post para que veas que no estás solo/a. Todos los seres humanos, sin excepción, pasan por esto. Ya sea a nivel profesional o a nivel personal. Lo importante es saber que hay una «cura» para ello.
Es posible entrenar tu mente para salir de tu zona de confort. Para eso, te reto a aplicar tres pequeños cambios en tu vida que te llevaran a grandes resultados, si eres persistente:
1. Coge cada día un camino diferente de casa al trabajo o del trabajo a casa.
Puede que para ello tendrás que salir 5 o 10 minutos más temprano, pero créeme que vale la pena. Tu mente empezará a acostumbrarse a algo nuevo.
2. Si sueles comer fuera, elige restaurantes que no conoces y pide platos que no tienes ni idea de que son. Si sueles comer en casa, cada vez que vayas hacer la compra, añade un producto absolutamente nuevo.
¡Experimenta! Puede que no te guste todo que pidas o compres, pero seguramente descubrirás muchas cosas que te encantarán.
3. Habla con desconocidos
Ve a desayunar solo 1 o 2 veces a la semana y empieza una conversación con el camarero o con la persona que se sienta a tu lado. Si ya estás familiarizado con esto, prueba hablar con una persona atractiva del sexo opuesto que esté cerca. O con alguien que parezca muy exitoso, con quien quizás tendrías más dificultad para empezar la conversación.
Rétate cada día con desafíos pequeños pero inteligentes, y muy pronto verás cómo te será mucho más fácil enfrentar lo desconocido. El resultado es seguro: te volverás una persona mucho más confiada.
¡Recuerda! “El barco está más seguro en el puerto; pero no es para eso que se construyeron los barcos.” Paulo Coelho.